jueves, 25 de noviembre de 2010

MI EXPERIENCIA PERSONAL

Nuestra vida, esta enmarcada en el quehacer diario, el cual se enriquece con experiencias significativas y gratificantes que al hacernos débiles o fuertes se encaminan hacia la autoreflexión, en búsqueda de un horizonte que nos lleve hacia eso que queremos lograr.

Dentro de cada vivencia damos un poco de nosotros, expresado con la entrega, el optimismo, la creatividad, la verraquera para el trabajo, el amor, la perseverancia y un sin numero de actos que conllevan a ser mejor cada día y a evaluar cada paso que hemos dado y planificar aquel que iremos a dar.

Lo anteriormente descrito se evidencia con el plano que hemos trazado para cada uno, nuestro proyecto de vida y el interés por salir adelante.

En los momentos que recorrí cada semestre, recibí unos grandes aportes para mi formación tanto personal como profesional, orientados en aspectos como: el saber previo, la ética, el acto pedagógico, la mirada critica, la auto reflexión, la evaluación de los procesos, el plan de acción y la dinámica de cada persona para enfrentarse a un nuevo reto.

Esos retos propuestos en las prácticas docentes que fortalecieron mi desempeño en los diferentes contextos en el que se ubicaba cada proyecto de aula que se impartía; cabe resaltar que el ultimo que se desarrollo fue el de mayor prioridad, ya que permitió hacer un reconocimiento al ser y quehacer campesino, a la educación que se les debe brindar a los niños y jóvenes, la participación de la comunidad de los procesos que se generan en la escuela, y la comunicación de todos los actores hacia un bien común; todo aquello que es de admirar, aprender y valorar.

Dado que cada vivencia fue tan enriquecedora, he logrado entender que el ser docente, es algo complejo, extraordinario y más importante que enseñar áreas, educar es avivar personas autónomas, libres y solidarias. Es ofrecer los ojos propios para que los alumnos (as) puedan mirar la realidad sin temor.

EL ACTO DE SENTIR

Considero que toda nuestra vida gira entorno a sentir, aquello que es expresado en cualquier lenguaje es porque has sentido que debes hacerlo, es el poder de hacer y saber hacer; y es aquella la forma en la que quiero expresar lo vivido en el IV semestre, con nuestra practica docente en la zona rural; demostrar que todo ha tenido su sentido propio y que es bueno reconocer, que a partir de allí, a partir de aquella identidad se logran llevar a cabo grandes procesos de cambio y transformaciones para llegar a esa realidad de la verdad, el amor, la justicia, la libertad y la hospitalidad.

Las comunidades campesinas son aquel ejemplo del acto de sentir, porque sus sentimientos se ven reflejados en su quehacer diario, con su sinceridad en las palabras, siendo parte integral de su personalidad.

Quiero terminar con un adagio popular que nos recuerda que debe

mos encontrarnos a nosotros mismos, para que nuestra vida sea mas feliz y completa, dice: “Quien no vive para sentir, no sirve para vivir”.